domingo, 31 de enero de 2010
Juicio a puertas cerradas.
España renuncia a citar al enlace ruso en el juicio al espía acusado de traidor
El CNI pide que se le condene por robar secretos si no se prueba la traición
MIGUEL GONZÁLEZ - Madrid - 05/01/2010
El próximo día 25, Roberto Flórez García, ex agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), se sentará en el banquillo de la Audiencia Provincial de Madrid acusado de traición. Se trata de un juicio sin precedentes en la España democrática, tan atípico que lo primero que debe resolver el tribunal es si acepta la petición del abogado del Estado para que la vista oral se celebre a puerta cerrada; sin público ni prensa.
Ofrécese agente doble
Secretos en venta
El ex espía español acusado de traición reitera su inocencia
CNI
(Centro Nacional de Inteligencia)
A FONDO
Sede: Madrid (España) Directivo: Félix Sanz Roldán (Director)
Ver cobertura completa
El tribunal decidirá al inicio del juicio, el día 25, si se celebra a puerta cerrada
El fiscal y el abogado del Estado, que representa al CNI, acusan a Flórez de haber vendido entre 2001 y 2004 cientos de documentos secretos a Rusia "poniendo en grave peligro la Seguridad y Defensa Nacional".
La lista de documentos incautados a Flórez en los registros que se hicieron el 23 de julio de 2007 en dos viviendas y un local del Puerto de la Cruz (Tenerife) es demoledora e incluye, entre otros temas sensibles, un informe sobre los "agentes dobles en las delegaciones del GRU y del SVR en España"; es decir, los espías rusos a sueldo del espionaje español. En total, cinco cajas con DVD, CD, cintas-casete, microcintas, discos duros de ordenador, disquetes, cintas VHS y numerosos legajos de papel que habría ido sustrayendo durante los 13 años que trabajó para el servicio secreto español (primero el Cesid y luego, el CNI), entre marzo de 1991 y marzo de 2004.
Según el sumario, el enlace de Flórez era Petr Melnikov. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha confirmado que este funcionario, con pasaporte diplomático 0046720 y tarjeta de identidad 0107424330, fue consejero de la Embajada de la Federación Rusa en Madrid de agosto de 2000 a octubre de 2003. Según la cadena SER, era nada menos que el número tres de la delegación y responsable del servicio de espionaje exterior (SVR).
Sin embargo, Melnikov no acudirá al juicio. Ni las acusaciones ni la defensa lo han citado como testigo. El Gobierno ha preferido ahorrarse una situación embarazosa con Moscú; pues éste habría abusado como mínimo del privilegio de su estatus diplomático.
Melnikov es el destinatario de dos cartas incautadas a Flórez. En la primera, de diciembre de 2001, le ofrecía información secreta a cambio de 200.000 dólares (unos 150.000 euros). En la segunda, hallada en el ordenador de Flórez y sin fecha (aunque el CNI la data en 2002) se ofrecía para corregir "algunas lagunas, imprecisiones e inexactitudes" de la documentación que acompañó a la primera misiva y anunciaba "la probabilidad" de que él mismo ocupase, próximamente, "algún puesto de responsabilidad en el CNI en ámbitos que pudieran ser del interés de su servicio". Tras advertir de "la conveniencia de mejorar el sistema de comunicaciones" con su contacto y subrayar la importancia de su "potencial informativo", concluía: "Si aceptan la propuesta del encuentro personal (...) deberán entregarme la contraprestación económica que les he solicitado como señal de buena voluntad".
La defensa de Flórez tendrá muy difícil justificar en el juicio la existencia de estas cartas, pero a la acusación tampoco le será fácil probar que la información secreta acabó en manos del espionaje ruso. En el sumario no hay fotos del ex agente con Melnikov y tampoco consta el ingreso de los 200.000 dólares reclamados.
La prueba de que Moscú tuvo un topo en el espionaje español estaría en la investigación interna que el entonces director del CNI, Alberto Saiz, abrió en 2005, después de que varias operaciones del servicio secreto español en Rusia fueran desbaratadas y sus agentes, neutralizados. Pero esta investigación, que llevó a sospechar de Flórez, no figura en el sumario.
Saiz es el único de los 11 testigos citados en el juicio -los otros son miembros del CNI, guardias civiles o policías- que podría arrojar luz, pero cuando declaró ante el juez instructor se acogió al deber de guardar secreto.
Quizá por ello, el abogado del Estado ha presentado una petición alternativa: si Flórez no es condenado por traición a 12 años de cárcel, debe ser castigado por revelación de secretos a un máximo de cuatro. De ser así, el ex agente, en prisión provisional desde julio de 2007, saldría inmediatamente en libertad.
Ofrécese agente doble
"Soy un directivo del Cesid que tiene interés en comunicarle su disposición a colaborar con el servicio y el país al que usted representa". Así se presenta Roberto Flórez en su primera carta a Mielnikov. "Las razones para dirigirme a su Servicio y no a otras organizaciones análogas radican en diversas razones: la simpatía y admiración que siento por el pueblo ruso, así como la profesionalidad con la que su Servicio, desde hace muchas décadas, viene realizando su trabajo para la seguridad mundial, por mis creencias y valores ideológicos (me considero una persona de izquierdas) y por mi posición personal contra la política exterior de EE UU (...).
Esta misiva tiene como objetivo servir de carta de intenciones sobre mi posición personal. Desde esta perspectiva, le manifiesto mi disposición a una colaboración profesional con base en los siguientes contenidos (susceptibles de ser reconsiderados, ya que no es una propuesta cerrada. Se citan aquellos aspectos que aventuro puedan serles de interés): identificarles y mantener actualizado quién es quién en el Centro (nombres y apellidos, elaboración de sus perfiles psicológicos y profesionales, Documento Nacional de Identidad, seudónimos, titulaciones obtenidas, empleos, organismos e instituciones de procedencia y destinos que ocupan cada uno de sus miembros) (...), señalarles colaboradores potenciales tanto en el Servicio como en determinados órganos de la Administración del Estado; facilitarles, si fuese de su interés, la penetración de agentes de su Servicio en el Centro (...).
Como ejemplo de la información que puedo obtener, les adjunto varias informaciones que considero importantes para sus intereses, así como diversa documentación para su valoración. En el supuesto de que su servicio esté interesado en esta colaboración, le comunico que la condición previa para materializar formalmente dicha relación pasa por recibir, a cambio de esta primera entrega de documentación, la cantidad de doscientos mil dólares norteamericanos en efectivo".
Secretos en venta
Estos son algunos de los documentos incautados en el domicilio de Flórez:
- Plan de seguridad y "material cripto".
- División de Contrainteligencia.
- Listado de personal del CNI por orden alfabético.
- Organigrama completo.
- Denominación y claves internas de los diferentes organismos del centro.
- Informe sobre delegaciones del CNI en el exterior.
El ex jefe del CNI evita señalar a Rusia en el juicio a un espía por traición
Flórez dice que las cartas en las que ofrecía secretos eran un "ejercicio didáctico"
MIGUEL GONZÁLEZ - Madrid - 26/01/2010
Seis meses después de su dimisión como director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) -abandonado por el Gobierno frente a una cascada de denuncias por corrupción-, Alberto Saiz reapareció ayer en público. Lo hizo en la Audiencia Provincial de Madrid para declarar como testigo en el juicio a puerta cerrada contra el ex espía Roberto Flórez, acusado de traición por vender a Rusia información gravemente comprometedora para la seguridad nacional. Con barba y media sonrisa, extremadamente delgado, Saiz se excusó ante los periodistas por su mutismo. "He llegado hasta el límite de donde podía declarar con el ánimo de ayudar a la Justicia. Todo lo que podía contar lo he contado en la sala".
Carta de Flórez a Melnikov
CNI
(Centro Nacional de Inteligencia)
A FONDO
Sede: Madrid (España) Directivo: Félix Sanz Roldán (Director)
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El antiguo agente alega que nunca envió las misivas a la embajada rusa
Testigos y peritos verifican el carácter secreto de cientos de documentos.
Lo que, al parecer, no era mucho; ya que Saiz, según fuentes jurídicas, se limitó a repetir, casi textualmente, las palabras que pronunció en su polémica rueda de prensa de julio de 2007, cuando anunció la detención del ex agente. "Hubo una investigación de seguridad, como consecuencia de una fuga de información, y se concluyó que [Flórez] tenía en su poder documentación clasificada y que la había ofrecido a un servicio de inteligencia extranjero", afirmó.
¿Cuándo? ¿Cómo? ¿A quién? ¿A cambio de qué?, le preguntó el abogado de Flórez, Manuel Ollero. Pero Saiz se escudó en su obligación de guardar silencio. Ni siquiera confirmó que el servicio extranjero era el SVR ruso (heredero del KGB), a pesar de que en el domicilio del ex agente se incautaron dos cartas dirigidas a Petr Melnikov, número tres de la Embajada rusa en Madrid entre agosto de 2000 y octubre de 2003, en las que le ofrecía abundante información secreta -incluidos los nombres de todos los agentes españoles- a cambio de un primer pago de 200.000 dólares (unos 150.000 euros), al que seguirían otros.
Las dos cartas constituyen la principal prueba de cargo de la presunta traición de Flórez, quien ayer ofreció, por vez primera, una coartada para justificar su existencia. Se trataba, según explicó su abogado, "de un supuesto práctico de un monográfico que le habían encargado sus superiores para dejar en evidencia las deficiencias de seguridad del centro". En palabras de Flórez, un "ejercicio pedagógico y didáctico", de unas 700 u 800 páginas, que las dos misivas completaban como anexo. Dos cartas "totalmente figuradas", cuyos destinatarios "no eran reales" y que no salieron de la bolsa donde las depositó su autor tras escribirlas hasta que fueron incautadas en el registro judicial de su domicilio de Canarias.
¿Qué fue del estudio? "Posteriormente se producen cambios en el CNI, cambia la estructura, cambian los directivos... y, al final, [Flórez] desiste de ese trabajo que le habían encomendado".
La explicación puede resultar inverosímil, pues no parece que entre los cometidos de un suboficial de la Guardia Civil figure analizar las deficiencias internas del CNI en materia de seguridad, pero Saiz no la rebatió, pues ni el fiscal ni el abogado del Estado le preguntaron por ella.
Tampoco hacía falta ningún estudio. La mayor prueba de las deficiencias de seguridad del CNI son las cajas con información secreta (DVDs, CDs, discos de ordenador, documentos de papel) que Flórez tenía en casa y ayer se apilaban en la sala de vistas. "Era la documentación con la que trabajaba. El 90% o el 95% del material sigue clasificado y ni siquiera hemos tenido acceso al mismo", alegó su letrado.
El CNI no parece demasiado interesado en escarbar en la relación de su ex agente con el espionaje ruso; quizá para evitar un conflicto diplomático o para no airear las operaciones desbaratadas por el presunto chivatazo. "¿Sabe usted quién es el señor Melnikov?", preguntó el abogado de Flórez a Saiz. "Lo he leído en la prensa", contestó.
Pero la defensa de Flórez tiene difícil negar que éste se llevó informes secretos.
Los agentes del CNI, la Guardia Civil y la Policía que, a partir de hoy, están citados como testigos o peritos deben acreditar que la documentación pertenecía al CNI.
Si se admite que las cartas eran reales -aunque no las enviara-, Flórez podría ser condenado por traición en grado de proposición; y, si se le otorga el beneficio de la duda, quedaría la condena por tenencia de documentación clasificada. En ambos casos la pena sería muy inferior a los 12 años que pide el fiscal y podría recuperar pronto la libertad, pues lleva dos años y medio de prisión preventiva.
Ayer, el ex espía se mostró tranquilo. Trajeado, pero esposado, bajó del furgón policial y se dirigió a pie hacia la sala. Tomó asiento en el estrado, a la derecha de su defensor, y no en el banquillo. "El presidente ha conducido el juicio de manera ejemplar", reconoció su abogado. Aunque sin prensa ni público.
Carta de Flórez a Melnikov- "Soy un directivo del Cesid que tiene interés de comunicarle su disposición a colaborar con el Servicio y el país a los que usted representa. Las razones para dirigirme a su Servicio radican en la simpatía que siento por el pueblo ruso, así como la profesionalidad con que su Servicio, desde hace muchas décadas, viene realizando su trabajo para la seguridad mundial [...]. Le manifiesto mi disposición a una colaboración profesional en base a los siguientes contenidos: identificarles y mantener actualizado el quién es quién en el centro [...] facilitarles, si fuese de su interés, la penetración de agentes de su servicio en el centro [...] En el supuesto de que su Servicio estuviese interesado en esta colaboración, la condición previa pasa por recibir la cantidad de 200.000 dólares americanos en efectivo" (diciembre de 2001).
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